Las investigaciones llevadas a
cabo por el japonés Masaru Emoto, han puesto de manifiesto que lo que llamamos
materia inerte, no lo es tanto; en este caso su investigación centrada en el
agua, el material más abundante de la Tierra (que posee tres cuartas partes de
agua, así que seria más apropiado haber llamado a este planeta Agua en lugar de
Tierra), ha demostrado, utilizando el método científico de observación, que
esta substancia que forma parte mayoritaria de nuestro cuerpo, se comporta de
formas diferentes en situaciones distintas.
Para ello ha utilizado un método,
basado en el dicho popular, “no hay un copo de nieve igual a otro”, que
consiste en cristalizar el agua de forma bastante rápida, y luego observar su
forma por el microscopio.
Ha comprobado que el agua que
procede de manantiales limpios y naturales, tiene unas formas hermosas y
armónicas, frente al agua de nuestras casas o peor aún de los desagües
industriales. El agua reacciona ante lugares sagrados o no, ante palabras
bondadosas y amables o no.
Este descubrimiento, nos lleva
reflexionar sobre nuestros actos, sentimientos y pensamientos, pues somos
fundamentalmente agua, y si el agua reacciona ante lo exterior como indica
Emoto, acaso no deberíamos ser más cuidadosos con lo que hacemos con nuestro
cuerpo. No es de extrañar las raras y dramáticas enfermedades que asolan
nuestra sociedad; es evidente que este es un grave problema, cómo tratamos
nuestras aguas, y no estaría de más dedicarle nuestra profunda atención, y ver
la forma de mejorar nuestros entornos a todos los niveles.
Enlaces:
Libros:
El milagro del agua
El poder curativo del agua
Mensajes del agua
Entrevista a Masarru Emoto: Mensajes del agua