Como en cualquier otra
peregrinación, el peregrino debe coger sus bártulos, maleta, mochila o lo que
decida que va a serle útil, y salir al camino.
Lourdes, un pequeño pueblo del
Pirineo, fue el lugar donde el 11 de febrero de 1858, una muchacha de catorce
años, Bernardette Soubirous, hija de una familia pobre del pueblo, cuando
estaba en la gruta de Massabielle, cerca del río Gave,
vio a una Señora muy hermosa, vestida de
blanco, con una banda azul en su cintura y unas rosas doradas en sus pies. Le
indicó que rezara el rosario con ella, y eso hizo.
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Zona de las bañeras |
El día 25 de febrero, la Señora
le pidió “que fuera a beber a la fuente”, pero en la cueva no había ninguna
fuente, sin embargo Bernardette, obediente, hundió sus manos en la tierra
húmeda y bebió. Poco después, en ese lugar apareció un manantial de agua
cristalina que ha estado brotando desde entonces.
Esta vidente vio a la Señora en
dieciocho ocasiones, y en una de ellas
le dijo que su nombre era
“La Inmaculada Concepción”, nombre algo extraño para la
época, pues en las estancias del Vaticano no hacia mucho se discutía sobre este
dogma.
Bernardette ingresó en un
convento pocos años después, donde murió a los treinta
y cinco años. Allí se conserva
su cuerpo incorrupto.
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Cueva y Santuarios desde el Gave |
El viaje a Lourdes puede ser más
o menos corto, pero no es el viaje importante. Aquí el trabajo que ha de
hacerse es profundamente interno.
Es un lugar en el que se trabaja
lo femenino, en el que la Madre Divina lo impregna todo, no en vano las tres
energías fundamentales que se encuentran son el servicio, la sanación y la oración. Estas tres energías se
pueden corroborar con una ojeada; cientos de voluntarios y voluntarias
ofreciendo su tiempo y esfuerzo ayudando en el traslado y cuidado de enfermos;
los casos que cada año se certifican de gente que ha curado su enfermedad,
incurable, pero también los silenciosos casos de personas que sanan sus no tan
evidente heridas de sufrimiento y dolor emocional; la oración constante en todo
el recinto, con megáfono, o en el silencioso y tranquilo rincón de una capilla
o de la cueva.
Este centro energético de Aguas
Sagradas, permite la limpieza y purificación de antiguas emociones
desgastantes. La profundidad y efectividad de esta limpieza, como siempre, depende
de la actitud de entrega que tengamos.
El agua de Lourdes:
En
esta peregrinación es imprescindible “limpiar nuestro cuerpo emocional-astral”
en sus aguas, lavarnos la cara en sus fuentes (al lado de la cueva),
sumergirnos en sus bañeras, sentir como esa agua nos purifica profundamente, y
por supuesto, no secarla de nuestra piel, dejar que permanezca sobre ella hasta
que se evapore, sea verano o invierno.
El pasado octubre, el agua invadió Lourdes,
el Gave se desbordó, y así la purificación de la zona se hizo más intensa, apoyada por las aguas que bajan de las montañas de los Pirineos y de los cielos.
Velas y fuego:
También
hemos de llevar nuestra ofrenda de fuego a la Virgen, y orar, sabiendo que ese
fuego alarga nuestra oración en el tiempo, hasta que la vela se extinga. En
primavera y verano, cuando el tiempo es más benévolo, se realiza la llamada
“procesión de las antorchas”, en la que se reza el rosario en varios idiomas, un
espectáculo de belleza y devoción que nos emocionará.
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Interior del Santuario del Santo Rosario |
Los Santuarios:
No hay que
dejar de visitar los tres Santuarios que, uno sobre el otro, se han construido
sobre la cueva de las apariciones. En Santuario inferior, del Santo Rosario, se
exponen en las quince capillas que rodean el templo, los Misterios del Rosario
en un hermoso trabajo de mosaico, realizado a principios del siglo XX.
El Santuario intermedio, llamado la Cripta,
es el único Santuario que pudo ver terminado Bernardette, y también asistir a su
inauguración. Es un pequeño espacio para la oración, y en una de sus capillas
laterales, se venera una reliquia de esta Santa.
El superior destaca por su
esbelto campanario, donde las campanas, con su magnífico sonido, tañen todas
las horas (con la música del Ave María de Lourdes), y además en las numerosas veces en que
se llama al peregrino a la oración o la celebración de la misa.
Via Crucis, el camino de la
Cruz:
En la parte superior de los Santuarios, y siguiendo el contorno de la
montaña, existe un magnífico y expresivo Via Crucis, formado por grupos de
figuras representando cada una de las estaciones del mismo. Seguir este camino
y reflexionar sobre lo que nos muestran y representan estas figuras, es un
magnífico trabajo interior que ningún peregrino debería perderse.
La cueva de las apariciones:
Es el centro neurálgico de todo el recinto. Aquí fue donde Bernardette vio a la
Virgen (en donde se ha colocado una imagen de la Virgen María), aquí es donde
se halla el manantial de las aguas milagrosas. Diariamente se rezan varios
rosarios, en recuerdo de los que Bernardette rezaba con la Señora.
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Cueva de noche con sus velas encendidas |
A su alrededor hay silencio,
expectación, curiosidad, oración y sobretodo mucha fe.
Está abierta las veinticuatro horas del día, todo el año. Cuando por la noche se cierra el
acceso que va a los santuarios, se deja una puerta abierta en la parte
superior de las iglesias, que baja zigzagueando hasta la misma cueva. En este
camino, un gran cedro cuida de todo el lugar.
(Si haces
click aquí, conectarás en directo con la cueva de Lourdes)
En todo el recinto hay árboles,
posiblemente plantados en la época de las apariciones, y quizás alguno sea
anterior. Tienen una gran prestancia, y se percibe la magia del lugar en estos
magníficos ejemplares de tejo, cedros, abetos, y otros. De todos estos árboles,
destacan unas secuoyas enhiestas y altas, que con su gran volumen parecen
indicarnos que son las guardianas y protectoras de ese lugar. (
Enlace a video con los distintos colores de las estaciones)
En la montaña del Via Crucis, la
naturaleza se desborda, sobretodo en primavera, y cuando seguimos su camino, sus
árboles, pájaros y otros animalillos, vienen a hablarnos y a acompañarnos.
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Procesión de las antorchas |
En este enlace, se puede encontrar más información sobre la peregrinación y unas magníficas explicaciones y fotografias del Via Crucis monumental.
Esta es la web oficial de Lourdes.
Aquí puedes ver
una película completa de 1988, sobre las apariciones de Lourdes, subtitulada en castellano.